Cómo Setto replantea las estaciones de trabajo cerradas en un entorno dominado por lo abierto

Durante más de una década, el discurso del diseño de oficinas ha estado centrado en la apertura: espacios colaborativos, estaciones de trabajo abiertas, sofás modulares y zonas comunes polivalentes. La narrativa ha sido clara: abrir los espacios para abrir el diálogo, fomentar la flexibilidad y diluir las jerarquías.

Pero en esa misma ola de innovación, un tipo de solución quedó relegada al margen: las estaciones de trabajo cerradas. Aquellas configuraciones delimitadas por mamparas, diseñadas para ofrecer concentración, privacidad y enfoque.

La paradoja es evidente. Mientras el trabajo del conocimiento se ha vuelto más complejo y demandante —requiriendo, en muchos casos, bloques prolongados de enfoque profundo— los entornos de oficina han favorecido lo contrario: el ruido constante, la visibilidad continua, la sobreestimulación.

Frente a este desfase, surgió una pregunta inevitable:

¿Cómo podemos rediseñar el concepto de “privacidad” sin caer en la rigidez del pasado?

1. Una misión: dignificar lo cerrado

Los muebles modulares ganan protagonismo en 2025 por su capacidad de adaptarse a diferentes configuraciones y necesidades. Estaciones de trabajo que se combinan o se separan fácilmente, paneles móviles y escritorios ajustables permiten rediseñar espacios sin obras ni complicaciones.

La premisa fue clara: si las estaciones cerradas se perciben como frías, formales o anticuadas, debíamos reinventar no solo su forma, sino su expresión material y espacial.

Inspirados por el lenguaje más cálido y fluido que domina hoy el diseño interior —curvas amplias, esquinas redondeadas, materiales amables— la línea Setto propone un nuevo imaginario para el mobiliario que divide, sin aislar.

2. Curvas que suavizan, materiales que protegen

Uno de los principios visuales y funcionales de Setto es la eliminación de cortes rectos innecesarios. Tanto la estructura metálica de las mamparas como las cubiertas de trabajo están diseñadas con radios amplios y terminaciones curvas, que suavizan la geometría y transmiten una sensación más cálida y menos institucional.

Este gesto formal no es superficial: es un mensaje. En un entorno donde el diseño tiende a humanizar los espacios laborales, las líneas rectas y duras ya no son neutrales: son simbólicamente restrictivas.

A esta búsqueda de calidez se suma la elección del panel acústico como material principal de las mamparas. Este material, al ir tapizado, contribuye significativamente a la absorción del sonido y mejora las condiciones acústicas del entorno, sin quedar expuesto visualmente.

A diferencia de materiales duros como MDF, aglomerado o laminado, el panel acústico transforma activamente el espacio en una atmósfera más serena.
Trabajar dentro de una mampara hecha de panel acústico no es una experiencia neutra: es cualitativamente distinta.

3. Modularidad sin rigidez

Setto también rompe con la rigidez típica de los sistemas de mamparas mediante un diseño modular altamente flexible. La estructura se construye a partir de paneles y postes conectores circulares que permiten múltiples ángulos de ensamblaje: recto, en zigzag, en forma de tricetas o de cuadrado.

Esta geometría expandible permite adaptarse a espacios complejos, aprovechar mejor el área útil, y componer entornos de privacidad sin caer en la monotonía repetitiva de las divisiones tradicionales.

4. Pensado desde la función: electrificación intuitiva

La funcionalidad operativa también fue clave en el desarrollo. El sistema de electrificación de Setto fue diseñado desde la experiencia del usuario: una canaleta que atraviesa las mamparas de forma sutil, permitiendo distribuir corriente, voz y datos de forma continua y discreta.

Esta canaleta se abre y cierra mediante un sistema de imanes, lo que facilita su uso sin herramientas ni esfuerzo, y su mantenimiento diario. Bajo cada cubierta, una segunda canaleta metálica recibe el cableado del usuario y lo organiza eficientemente para evitar el desorden visual que tanto afecta a la experiencia laboral.

El resultado: una solución ergonómica, limpia y de mantenimiento simple. Porque el diseño no solo se ve; también se opera.

5. Vegetación integrada: una pausa visual

Setto también incluye una serie de accesorios metálicos minimalistas para integrar vegetación artificial en la parte superior de las mamparas, aportando un toque de naturaleza al entorno sin requerimientos de mantenimiento.

Este gesto busca equilibrar el carácter técnico del mobiliario con una dimensión emocional. Las plantas, aunque artificiales, cumplen un papel psicológico importante: suavizan el espacio, generan una pausa visual y aportan contraste a los tonos sobrios del entorno.

6. Redibujar el valor de lo privado

Setto no busca competir con las estaciones abiertas. Busca recordar que no todos los trabajos se hacen mejor en colaboración constante, y que el diseño de oficinas debe reconocer los distintos ritmos y niveles de concentración que exige el trabajo contemporáneo.

Rediseñar lo privado no es un acto nostálgico. Es una decisión crítica frente a un entorno laboral saturado de estímulos, donde volver a enfocarse es un acto de diseño.