Durante años, la decoración de oficinas se ha centrado en tonos neutros: grises, blancos, beiges. Sin embargo, cada vez más empresas están rompiendo este molde, incorporando muebles de oficina coloridos que no solo transforman el ambiente visual, sino también la forma en que las personas trabajan. ¿Es solo una moda o hay algo más profundo detrás del color?

La respuesta es clara: el color influye directamente en el estado de ánimo, la energía y, en consecuencia, la productividad.

1. El poder del color en el entorno laboral

Numerosos estudios en psicología ambiental demuestran que los colores afectan nuestro comportamiento y emociones. En un espacio de trabajo, estos efectos pueden marcar la diferencia entre una jornada productiva y una llena de distracciones o apatía.

  • Azul: Estimula la concentración y la calma. Ideal para tareas analíticas o de precisión.
  • Verde: Reduce el estrés y promueve el equilibrio. Perfecto para espacios de descanso o áreas con alta carga laboral.
  • Amarillo: Potencia la creatividad y el pensamiento optimista. Muy útil en equipos creativos o de innovación.
  • Rojo: Activa la energía y la urgencia. Útil en ambientes donde se requiere acción rápida o foco en resultados.
  • Naranja: Favorece la comunicación y la motivación. Recomendado para salas de reuniones o áreas colaborativas.

2. Muebles coloridos: mucho más que estética

Incorporar color en el mobiliario (escritorios, sillas, archivadores, paneles divisorios) es una forma práctica de aplicar esta teoría sin necesidad de reformas grandes. Además:

  • Rompe la monotonía visual, lo que ayuda a mantener la atención y reduce el agotamiento.
  • Fomenta la identidad de marca, alineando los colores con los valores y personalidad de la empresa.
  • Facilita la zonificación del espacio, usando colores para diferenciar áreas de trabajo, descanso y colaboración.

3. Casos reales: cuando el color cambia la dinámica

Empresas como Google, Lego o Airbnb han apostado por espacios llenos de color y diseño intencional. No es solo estética: se trata de crear entornos estimulantes que empujen a sus equipos a pensar diferente, a sentirse bienvenidos y valorados.

En oficinas más pequeñas, incluso el cambio de sillas negras por versiones en tonos vivos ha generado un ambiente más positivo y participativo entre los empleados.

4. Cómo aplicar color sin caer en el exceso

El truco está en el equilibrio. No se trata de llenar todo de colores brillantes, sino de combinarlos estratégicamente. Algunos consejos prácticos:

  • Elige uno o dos colores principales y combínalos con tonos neutros.
  • Usa colores cálidos en zonas donde se busca energía y fríos en espacios de concentración.
  • Introduce color mediante elementos intercambiables: cojines, alfombras, sillas, estanterías.

5. Conclusión: productividad con personalidad

Adoptar muebles de oficina coloridos no es solo una decisión de diseño, es una estrategia de bienestar y productividad. Un entorno laboral estimulante puede reducir el estrés, mejorar el enfoque y hacer que las personas se sientan más comprometidas con su trabajo.

En un mundo donde pasamos tantas horas en la oficina, ¿por qué no hacer que ese espacio inspire alegría y rendimiento?